Ella espera en alguna parte. Aunque no espere.
Pienso en sus cabellos revueltos, y en su sonrisa pegajosa. Y vuelvo a caer en el pecado.
Pienso en ella lujuriosamente, estrepitosamente la quiero conmigo, aunque ese es un deseo cumplido.
Si no puedo tocarla me invade una desazón clamorosa, una infértil duda que me requiebra esta soledad acompañada.
Le suelto el pelo... La miro y no sé hacer otra cosa. Bastoncillos y córneas, iris y cristalinos en monofunción. Solo quiero mirarla desnuda y demudarme.
Tocar sus dedos licenciosos y perdonar el silencio. Con otra canción. Una que hable de alguien que anda suelto disfrazado de faisán.
Lujuria impenetrable. Pavada de contradicción.
Imponente y pretenciosa necesidad de tomarte, y no soltarte. Preguntarte que se siente al ser tan deseada. Legumbres en los pies. Saltos suicidas al abismo de tus pechos.
Urgencia y prontitud. Sensación de poder.
Escasez de tu piel. Maliciosamente me inspiro en vos para dedicarte mi momento más intimo y maravilloso. Ese en el cual me mojo y sueño que te mojo.
Nunca amé tanto la lluvia que te humedece como hoy que no llueve.
Te deseo. Parsimoniosamente.
Tanto que me dejo llevar por el lunar de debajo de tu ojo, por la curva en tu suéter celeste. Y espero que la luna no se lleve la bruma. Que se empañen los vidrios de tu alma, para que pueda entrar sin que me vean.
Y la piel obsecuente no puede separarse de la tuya. Y tus manos son una copia de las mias... y nos xerografiamos el corazón para guardarlo en una caja. Y empezamos a pensar en otras cosas.
Pero otras cosas juntos.
Porque Ella tiene las dos iniciales de tu nombre. Y la letra final.
Y tus pechos el olor de tus sahumerios.
Y tus hombros el sabor del jamón ibérico.
Y tu boca el regusto del vino más noble.
Y tu corazón me ha hecho un hueco. Y lo deseo para mí.
Y tus rodillas han estado bajo mis manos. Y tus ojos me han mirado con ganas de más.
Sólo por eso no puedo dejar de desearte.
Porque vos sos Ella. En mayúsculas... el objeto/sujeto de mi lujuria.
Ella me hace caer. Y a mí me encanta este abismo.
Soy un pecador.
No me perdones.
Foto: Juliette/Magenta (MI amiga) (autorretrato)
8 murmullo(s):
no se puede agregar nada más, y, contradictoriamente, todo será posible.
pero vos ya lo sabés, no ?
ahora quisiera ser anónima, pero ya es tarde ...
Ojalá y se cumplan mis deseos... mientras los lanzo al viento...
humm lujuria mi pecado favorito, muy buen texto
un beso
¿Hay alguno de los pecados capitales que sea menos pecado que ese?
"Que se empañen los vídrios de tu alma, para que pueda entrar sin que me vean"..
Lo escribes tu? IMPRESIONANTE..
Volveré por tu casa y gracias por tu visita
Hasta Pronto
"Sarsillo"
Perdonar el silencio...
es tan dificil que haga eso.
Pero todo se puede por un momento de lujuria.
La foto me mata.Me identifica.
un abrazo,
un blog exquisito (como aquel vino que hace poesia)
Vaya, amar con toda y lujuaria para hacer el momento intenso más de lo que se pueda hacer, sin restricciones, sin cortar palabras, una alabanza más con una frase de deseo. Besos.
Besos sabrosos
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