LOS BESOS Y LOS PÁJAROS

miércoles, enero 10

 


Para la verdadera dueña de los besos. A pesar de los pájaros.


Hay un poema de Salinas.
Uno que habla de los pájaros que se posan en los cables.
Vos me dirás... Salinas amaba los pájaros.
Y a mi se me ocurrió la peregrina idea. ¿Qué pasa con los pájaros que se posan en los cables?
Qué hacen con toda la información que discurre bajo sus pies? Se aprovecharán de ella? ¿Chantajearán a amantes amenazando con informar en un idioma pajaril las andanzas clandestinas por internet? ¿podrán denunciar a la policía ese robo que planean en Villa Luro? ¿Contarán sólo para divertirse, las veces que Clara le colgó el teléfono a Hugo? ¿Asistirán aburridos a las charlas de horas entre aquellas quinceñeras que viven a dos cuadras de distancia?
No sé, no lo creo.
Pero hay una cosa de la que estoy seguro.
Se comen los besos que te mando.
Y eso no es justo.
Porque yo quiero que te lleguen todos. Ya que no te puedo besar a vos... no pueden cometer la tropelía de almorzarse mis besos (que a esa altura ya son tuyos) dejándolos frágiles y vacíos, casi una sombra de los besos que yo quiero mandarte.
Entonces, mis besos llegan tarde y mal. Débiles y enfermos. Aunque confío que sabrás ver en su esencia que son besos desesperados, agonizantes, abnegados.
A ellos no les apetecen nuestras voces, que suenan claras y frescas, deseosas y expectantes. No les importan nuestros consuelos y desconsuelos. Nuestros altibajos amorosos. Nuestras noches empezadas a la par. Nuestras charlas de sobremesa.
Ellos sólo quieren nuestros besos. Esos besos que disparo como flechas para que te lleguen en forma masiva, y pueda hacerte sentir lo que te deseo.
Esos besos que quiero volver a probar.
Que tienen sabor a luz, textura de alma, perfume a vino, color de palabras atragantadas, melodía de repetición.
Esos besos que convirtieron a nuestros labios en prueba documental de que valía la pena, y a nuestras lenguas en un motivo de reincidencia. Esos besos que siguen a las manos, o las preceden.
Esos no han podido comérselos los pájaros. Pero sí los que te mando todo el tiempo.
Ellos miran para otro lado.
Pero ya los descubrí.
Anoche, cuando abría la puerta del auto, avisté sobre los cables a media docena de pájaros gordos y satisfechos. Como mosquitos ahítos de sangre.
Ya los voy a atrapar.
Mientras tanto, te mando algunos besos rozagantes. A lo mejor, como es tan temprano, los pájaros no llegan a comérselos.

Foto: sospechosos en el atardecer, Guardamar del Segura. Alicante.

11 murmullo(s):

Anónimo dijo...

los ví entre la niebla, esta mañana mientras escibías yo estaba en la carretera ... dormían ...

besos recibidos, todos ...

carmncitta dijo...

jajajaja, nunca me había planteado esto, tendré que enviar entonces más besos por si la mitad son comidos...

Gubia dijo...

Besos que seguro que llegan a su destino. Los pájaros también se despistan de vez en cuando...o eso espero.

GABU dijo...

Gracias ANDY por tu data!
A partir de ahora seré más cuidadosa con mis besos y estaré alerta de esos pájaros que sabios comen BESOS...

MIL BESOS
(y por si los pájaros,quinientos más)

alejandra dijo...

los pàjaros comen besos, clarito

=)

Sintagma in Blue dijo...

Yo me pillo uno para mí (un beso, eh... no un pájaro).

Arcángel Mirón dijo...

Voy a empezar a besar aún más, entonces, por las dudas... malditos ladrones alados...

fgiucich dijo...

Esos pàjaros que se posan en los cables tienen fama de electricistas. Abrazos.

Anónimo dijo...

Ufff, haz algo tú.. porque yo si los cojo.. así que se comen los besos? (precioso post). Besos, en tu blog no pueden posarse los besos..

Carito dijo...

Es una pena enterarse de que una ignorantemente mando besos que nunca llegaron a destino. Siempre quise que llegaran hasta con el calor de un abrazo... malditos pajaros, espero que al menos esten felices de recibir tantos besos que no les quise dar!

Ángel Azul dijo...

¡Qué satisfechamente gordos de besos están esos pájaros! Lo que los convierte en felices pájaros sin colesterol porque los besos no tienen grasas saturadas ¿O acaso sí?