TROPOS XXV - ANÁSTROFE

martes, mayo 15

 


... y cuando la voz fuése de mis oídos, extrañéla horrores. Y soñéla, una vez más. Hablándome:



Desde la otra punta de la calle miréte y tuve celos de sus labios y manos...


Y desee beber ese vino que embriagábame el ambiente y el aire de la ciudad esa.


Anhelélo, al vino. Y deseé que los semaforos se quedaran en un eterno verde para que esa imagen borrárase de mi retina, de la historia de mis ojos. Y transforméme en paloma y revolotéete, volé a tu lado, y observéte, los gestos. Mirélo. vi su cara.



Hablé con ese ser que es capaz de detener el tiempo para que el aire secárase y que el sol quedárase oscuro. Así, de esta forma podria rozar con mis alas tu aterciopelada piel e invadirte de los aromas que mi caparazón humana inventa y explora al encontrar tu mirada, tus manos, tus palabras, tu aliento. Pero nada de esto sucedióme ya que tu fragancia logrólo: detener ese aleteo y agonizando quedéme por culpa del prohibido sabor de lo prohibido...



De repente volvíme, encontréme, retorné a mi forma humana, víme parado frente a un semaforo que decía que sólo existian las luces rojas; y contábame también que los eternos tiempos escápanse, que corren lentamente en la euforia de una ciudad; y por supuesto no estaban aliados a mi vida...Y aun obsérvote en una espantosa suplica de este castigo que mátame por no tenerte...



... hasta que el próximo coche se detiene en el semáforo.



Tal vez sea yo, esta vez conduciendo solo. Más allá de los sueños. Como todos los días, como cada día. Solo y con mi música, esparciendo silencios que resuénante en los campanarios, en las puertas de los bancos, en los cordones de la vereda. Silencios que desintégranse en la madrugada rota por la indómita luz naranja.


Y vos, con tu aleteo, te acercás... y todos los semáforos verdes son; apenas verte puedo. Pero sé quien sos... véolo, presiéntolo. Y deténgome aunque todos la bocina toquen, y el silencio desaparezca, de los cordones de la vereda, de los bancos, de los campanarios.


Deténgome y ábrote una puerta. Y vos, mitad paloma; y mitad sirena... subís a mi coche. Y en medio de tu transformación final, en tu metamorfosis a total mujer, hacés los mismos gestos de nunca y de siempre... bajás la música, y me mirás...


Y aunque no hayamos llegado al semáforo, comenzás a besarme, en un beso lánguido y suave. Un beso prelúdico. Y los otros coches tocan bocina. Y a ninguno de los dos impórtanos. Más que la saliva intercambiada, y la textura de tu lengua. Y el sonido de tu respiración y la mía acompasados. Y tu mano, que sostiene mi nuca; y la mía que recorre tus dedos.


Y el semáforo se pone en rojo. Otra vez.

Ahora tenemos la coartada perfecta.


Tenémosla.


Anástrofe. (del lat. y éste del gr., ‘invertir’) Inversión violenta en el orden de las palabras de una oración. ‘Al suelo del árbol cáigome.’

6 murmullo(s):

Dana dijo...

Y parece que finalmente los sueños se hacen realidad!...
Confieso que me gusta creer (desde mis partes más infantiles) que los finales de las historias humanas pueden llegar a ser como los de los cuentos de Andersen, donde la princesa se va con el príncipe y viven felices por siempre. Esto sería, adaptado, "ella y él aprovechan esa coartada perfecta para partir en un viaje sin retorno a dónde se les ocurra, escapando de sus nombres y obligaciones, dejando en los cordones de la vereda los contextos de cada uno, a fin de poder amasar con nuevos besos y significados, un presente distinto, propio, mutuo, compartido".
Quiero creer que los sueños se pueden hacer realidad, con la misma docilidad con la que se entregan los deseos a ellos, para realizarse...
Encantóme tu narración.
Encantáronme tus palabras (y ese "más allá" de ellas, que existe...)
Un abrazo enorme!

Anabella dijo...

La coartada esta siempre en nuestras manos, en nuestros deseos, en nuestras ganas de volar hasta nuestra mesa alada y magica.
Y te veo desde las alturas mientras nado por los mares mas grandes de la historia, en los mares mas luminosos nunca vistos, en los mares mas sagrados que ambos hemos construido.
Una" Milonga del Angel" nos abraza con la pasion de Piazzolla, unos pentagramas se aglomeran para amarrarnos y hacer que las sensaciones sean mas que eso....
Los semaforos se han borrado como en un eterno lienzo blanco empapado de pasteles y acualeras que juntos, de una u otra forma empezamos a dibujar, a trazar, a hacerlo segun nuestras ganas, deseos....
Hoy el tiempo es nuestro, hoy el tiempo se ha hecho carne, hoy el tiempo es el mas perfecto destiempo que hemos creado...y nadie nos apura...
Tu forma, mi forma, nuestras formas solo eso...

nancicomansi dijo...

Es una manera de hablar tan "super-barroca-medieval", eso de los TRopos...

Zara dijo...

mitad sirena ... como las multiples mitades que soy ... besos/*

Anabella dijo...

Te saludo, me fundo y mutilo para volver a leerte....
Besos desde aqui para alla....

Anabella dijo...

Viendo a Garrik -actor de la Inglaterra-
el pueblo al aplaudirlo le decía:
"Eres el más gracioso de la tierra,
y el más feliz..."

Y el cómico reía.

Víctima del spleen, los altos lores
en sus noches más negras y pesadas,
iban a ver al rey de los actores,
y cambiaban su spleen en carcajadas.

Una vez, ante un médico famoso
llegóse un hombre de mirar sombrío:
"Sufro -le dijo-, un mal tan espantoso
como esta palidez del rostro mío".

"Nada me causa encanto ni atractivo;
no me importa mi nombre ni mi suerte.
En un eterno spleen, muriendo vivo,
y es mi única ilusión la de la muerte".

-Viajad y os distraeréis.
-¡Tanto he viajado!

-Las lecturas buscad.
-¡Tanto he leído!

-Que os ame una mujer.
-¡Si soy amado!

-Un título adquirid.
-¡Noble he nacido!

-¿Pobre seréis quizá?
-Tengo riquezas.

-¿De lisonjas gustáis?
-¡Tantas escucho...!

-¿Qué tenéis de familia?
-Mis tristezas.

-¿Vais a los cementerios?
-Mucho... mucho...

-De vuestra vida actual ¿tenéis testigos?

-Sí, mas no dejo que me impongan yugos;
yo les llamo a los muertos mis amigos
yo les llamo a los vivos, mis verdugos.

-Me deja -agrega el médico- perplejo
vuestro mal, y no debo acobardaros;
tomad hoy por receta este consejo:
"Sólo viendo a Garrik podréis curaros".

-¿A Garrik?

-Sí, a Garrik... La más remisa
y austera sociedad le busca ansiosa;
todo aquel que lo ve muere de risa,
¡tiene una gracia artística asombrosa!

-¿Y a mí me hará reír?

-¡Ah sí, os lo juro!;
él sí, nada más él, mas... ¿qué os inquieta?

-Así -dijo el enfermo-, no me curo:
¡yo soy Garrik!... cambiadme la receta.

¡Cuántos hay que cansados de la vida,
enfermos de pesar, muertos de tedio,
hacen reír como el actor suicida,
sin encontrar para su mal remedio!

¡Ay! ¡Cuántas veces al reír se llora!
¡Nadie en lo alegre de la risa fíe,
porque en los seres que el dolor devora
el alma llora, cuando el rostro ríe!

Si se muere la fe, si huye la calma,
si sólo abrojos nuestra planta pisa,
lanza a la faz la tempestad del alma
un relámpago triste: la sonrisa.

El carnaval del mundo engaña tanto,
que las vidas son breves mascaradas;
aquí aprendemos a reír con llanto,
y también a llorar con carcajadas.

Un pequeño regalo para vos...