Lasciate ogne speranza, voi ch'intrate! (Dante, La Divina comedia, L'inferno, Canto III)
Sueño, con vos entre sábanas, bebiendo el rostro del desierto mojado.
Olvido la canción que me cantabas, porque en esos besos imaginarios, la cosa más perpetua es el silencio.
Instruyo a mis monstruos a que me dejen en paz por un día... mientras corro bajo la lluvia a buscarte. Atravesando matices de espanto.
Invoco a la mañana, porque tu voz está en mí, en cada jornada... en tus incandescentes susurros afiebrados, en la inhóspita escapada a ninguna parte. Cuento tus lunares en la oscuridad y con la punta de la lengua distingo el ph del dolor.
¿Me quedo o me voy? Should I?
Alucino con la ayuda de alguien mayor, protector. Que cuide de mí estas jornadas tenebrosas. Pero sé que estás en brazos del espanto, de donde debo ir a buscarte. En brazos de tu propia independencia, en la ciudad donde la bandera se esconde. Pero voy escalandote, aferrado a cada mata de incienso, a cada pequeño e infinitesimal trozo de líquen... clavándole las uñas a tu piel... y desayunándote para quitarme este dolor que tanto se parece al hambre.
Porque ya es hora de moverse. De ponerse en marcha.
Adonde vos estés.
Imagen: Toulouse-Lautrec, La toilette, 1889
2 murmullo(s):
flaco mío:
Nadie en este mundo habla de amor como vos.
Lu
(el viejo está reculando y comenzó a escribir un blog para confesar sus pecados... pero quien entró en el infierno que pierda toda esperanza de dejarlo)
http://porelamordeunamina.blogspot.com
Quizás nos pague y todo.
ja ja ja ja
ay nene,hacía rato que no veniaaa!!
y bue,veo cambio....mmmm
me gusta ,me gusta ...como antes
muac!
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