Es de una belleza criminal. Se nota en la forma de mover las manos, o la alevosía con la que baja el tono de voz cuando quiere que te enteres de algo.
Dice la verdad con total premeditación, y sus verdades como puños se incrustan en el pesado atril de los deseos. Su imprudente forma de ponerme alerta tiene para mí un sabor cálido y empalagoso, como un oporto bien madurado.
La perversidad de su mirada genera todo el tiempo la incógnita de si en verdad te mira a vos, y despliega ordenadamente, marcialmente, un ejército de dudas para saber si sos digno de recibir la luz de sus ojos. La malicia de sus contestaciones lánguidas a veces, nerviosas otras, ansiosas las más, se convierte en un brebaje amargo y dulce a la vez. En un negro líquido indispensable. La crueldad de las curvas de su cuello invitan a lobotomizarse, enlobizonarse, dracuformarse.
La dureza de la perfecta imagen de sus clavículas obligan a entornar la mirada. La sevicia de su boca infinita instala en algun paraje de mis sentidos unas ansias de dejar todo para ir a su encuentro. Su cabello es todo un páramo de depravación donde dan ganas de perder la nariz.
Y dan ganas de verla de lejos, para percibir el aroma de sus ganas, la malicia de cada palabra disparada y acertada. Asomarse desde la reja para desearla, y pensar en las formas de atravesarla indemne.
La imprudencia con la que despliega nuestras coincidencias es fatal para el organismo de cualquier ser humano de género masculino. Tiene la desasogante capacidad de hacerse desear; aunque la tengas, aunque nunca la tendrás. Y siempre estará ahí. Siempre. Permanecerá su deliciosa maldad para hacerme comprender que no hay grises que valgan. Si uno puede ser negro, será negro. Y si debe ser blanco, habrá que decolorarse.
Porque la vida no es mas que un ajedrez, sus reglas son simples y claras.
Pero la mayoría no sabe jugar.
La perfidia de sus manos abre las heridas, y las hace arder, pero para curarlas. Y sus piernas tienen delito. Especialmente si comienzan a llevarla a algun lugar lejos de donde estés.
Parece que es mala.
Y le gusta serlo.
Dice la verdad con total premeditación, y sus verdades como puños se incrustan en el pesado atril de los deseos. Su imprudente forma de ponerme alerta tiene para mí un sabor cálido y empalagoso, como un oporto bien madurado.
La perversidad de su mirada genera todo el tiempo la incógnita de si en verdad te mira a vos, y despliega ordenadamente, marcialmente, un ejército de dudas para saber si sos digno de recibir la luz de sus ojos. La malicia de sus contestaciones lánguidas a veces, nerviosas otras, ansiosas las más, se convierte en un brebaje amargo y dulce a la vez. En un negro líquido indispensable. La crueldad de las curvas de su cuello invitan a lobotomizarse, enlobizonarse, dracuformarse.
La dureza de la perfecta imagen de sus clavículas obligan a entornar la mirada. La sevicia de su boca infinita instala en algun paraje de mis sentidos unas ansias de dejar todo para ir a su encuentro. Su cabello es todo un páramo de depravación donde dan ganas de perder la nariz.
Y dan ganas de verla de lejos, para percibir el aroma de sus ganas, la malicia de cada palabra disparada y acertada. Asomarse desde la reja para desearla, y pensar en las formas de atravesarla indemne.
La imprudencia con la que despliega nuestras coincidencias es fatal para el organismo de cualquier ser humano de género masculino. Tiene la desasogante capacidad de hacerse desear; aunque la tengas, aunque nunca la tendrás. Y siempre estará ahí. Siempre. Permanecerá su deliciosa maldad para hacerme comprender que no hay grises que valgan. Si uno puede ser negro, será negro. Y si debe ser blanco, habrá que decolorarse.
Porque la vida no es mas que un ajedrez, sus reglas son simples y claras.
Pero la mayoría no sabe jugar.
La perfidia de sus manos abre las heridas, y las hace arder, pero para curarlas. Y sus piernas tienen delito. Especialmente si comienzan a llevarla a algun lugar lejos de donde estés.
Parece que es mala.
Y le gusta serlo.
Asteísmo: Alaba con apariencia de reprensión o vituperio. Es una ironía al revés.
13 murmullo(s):
Mala es una palabra tan buena... me encantó la imagen, tal vez porque es de un niño... mirando, atrapado y soñando... hay que hacer para luego ser y viceversa...
Un abrazo Andrés.
Yo soy buena... de puro mala.
Saludos!
Alfonsina (...Cicuta O Maleza?...)
por lo visto todos estaban equivocados, el post anterior no era una despedida, me alegro realemnte, porque seguire disfrutando de tus letras tan bien convinadas.
Me encanto como describes a esta mujer tan deseable de lo maldita que es
cuidate
c.ya!ºº
Es que asi me has hecho, es que asi me formaste con tus deseos tan ocultos y prohibidos. Es que asi queres que sea con tu ser y alma que siempre me alejo para que me busques.
Es que mis ojos se han construido en base a tus pedidos y deseos;es que mis ojos dicen mas que lo que mis palabras desean expresar. Es que mis ojos son el fiel reflejo de lo que soy cuando te veo.
Es que con vos soy las piezas de un ajedrez en donde solamente vos tenes la mejor jugada, es que me convierto cuando tocas cada una de mis figuras,es que muero cuando se que tu,sos mi tablero y artista.
Es que vos, solo vos sos mi dueño, mi guia, mi luz en la noche oscura como el pelo que te devuelve mi aroma, es que mi movimiento lo voy cosntruyendo con el sonido de tu respracion, con el latir de tus besos nunca dados, con todo lo que tenes para que mi baile sea unicamente para vos.
Es que si, soy mala pero en el vuelo que hemos emprendido sabemos que todo aqui es asi, menos la antitesis de unicamente lo que somos...
Me fascina tu blog.
Esa foto es del mirador de tenerífe?
Besos.
"Parece que es mala.
Y le gusta serlo"
Me encantò todo el texto, pero estàs dos ùltima frases me mataron
Un abrazo
Ro
espero que la libertad que tenès para manejarte no cruce la linea del desparpajo.
espero que no duelas màs.
Vaya, si al final no te has ido; bien, bien...
Muy hermoso tu asteísmo, pero... qué martirio chino de mujer, ¿no? Con lo fácil que puede ser el amor y el deseo, complicarlo innecesariamente... no sé, no sé...
Cruel pero cálida a la vez...
Bellas palabras.
Saludos saturnianos!
ME ENCANTÓ ESTE POST ANDRES.
A VECES UNO ES MALO PORQUE HAN SIDO MALOS CON UNO
NO MALO DE MALO
MALO DE NO QUERER SUFRIR EL MISMO DOLOR
TAL VEZ
SALUDOS,
"La dureza de la perfecta imagen de sus clavículas obliga a entornar la mirada."
"La perfidia de sus manos abre las heridas, y las hace arder, pero para curarlas."
Lacerante, delicioso. Conozco a alguien así..
Y coincido con su finalidad curativa, aunque parece inverosimil.
saludos
los malos siempre son más interesantes que los buenos....
me gustó tu blog
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