La oí subirse a la cama, para quitarse la ropa, pero no bajar de ella cuando vino a mi encuentro.
Un balazo de calma me alcanzó en medio del pecho, justo debajo de la corbata roja de seda. Un dolor infame y poderoso me atenazó el cuello ajustado, pero no las tuberías de mi alma, que rezumaban impaciencia.
Me excitó el ruido de sus pasos descalzos en el suelo, aunque más el perfume de su piel. Se escabulló de mis brazos al llegar a casa, mas no de mi beso en su pelo. Llevaba el cabello atado, y una camiseta que dejaba ver mucho más de lo permitido a mi corazón.
Lamiendo presagios, me escabullí de la canción que silbaba, que fue a ocultarse bajo las intrincadas líneas de mi cerebro, para quedarse allí, silente hasta que vuelva a recordarla. Porque ahora estaba lleno de su imagen presurosa.
Llevaba una cadena de metal que no podía competir con sus ojos, pero nada más. Abrió la heladera, pero no el congelador y la luz la atravesó como un disparo. Se sirvió un vaso de una bebida oscura, pero a mi no.
Yo tenía otra clase de sed. Una sed ríspida y obsecuente. Una sequedad pringosa como un misterio irresuelto. Una sed que no se calma con niguna clase de líquido oscuro. Una sed de piel elefantiásica. Un hambre de vos, de su voz.
Una tarde helada, y diligente; y seis pisos más arriba, ella. Y yo. Un viento, una lluvia insistente, tal vez le escapábamos a, escondiéndonos, un patron que se dibuja una y otra vez.
Y de repente dejé de hablarme a mi, para hablarte a vos. De vos.
Te acercaste a mí, pero no a mi piel. No todavía. Abriste el grifo C, y apenitas el grifo F. Te inclinabas para verme de cerca, y para dejarme ver el nacimiento de tus pechos. Te alejabas de mi, pero no de mi piel.
El atardecer era aún una promesa. Las palabras eran inanes, imperfectas, incompletas, insidiosas, estúpidas formas de cruzar puentes de piedra que, por su condición, no pueden ser quemados. Las palabras eran redundantes y maliciosas.
Las palabras, estaban de más.
Volcabas la espuma en la palma de tu mano, pero no en la yema de tus dedos. Te la untabas en el hueco de tus codos, como una colonia cara. Y acercabas tu nariz para reconocer que ese era mi olor. Te quedabas con un poco de espuma, y con un poco de mí en la punta de tu nariz.
Y te deseé como un animal, pero no tanto como diez minutos más tarde.
Distribuías la espuma en mi cara, y mirabas de a ratos tu trabajo, pero no mis ojos felices.
Te sentabas sobre la pileta, y con mano firme y delicada comenzabas a afeitarme. Lenta, prodigiosamente.
Y el tiempo se detuvo hasta que acabaste tu labor. Como si me besaras en toda la cara.
Para quitarme la espuma no usabas una toalla húmeda, sino una parte de tu cuerpo que me voy a reservar.
Y luego, llegó el momento del after shave, y del secado tembloroso de deseo.
Me mirabas, y descubrías que habia restos de espuma detrás de las orejas, bajo las quijadas, sobre el cuello.
Pero decidiste que las sábanas donde retozaríamos en breve se encargarían de quitarlos.
Esos, y otros restos de espuma.
Ceugma. Figura de dicción que consiste en la elipsis en una oración de un término enunciado en otra contigua. Como en ‘la vi marchar, pero no (la vi) volver’ (También adjunción, zeugma, zeuma)
Imagen: El único autorretrato en que Vincent Van Gogh aparece afeitado y con su oreja intacta, Saint Remy, Septiembre de 1889.
20 murmullo(s):
Pura sensualidad. Que hayas disfrutado de ese encuentro.
Rasgos y dibujos de algo que parece puro morbo y deseo compartido.
Un beso y gracias por tus palabras, hacia tiempo que no nos "veiamos".
Que buena redacción, felicidades.
Gracias por tu visita a mi blog.
Feliz Viernes.
Saludos.
Sugerente y tan sensual como un masaje con aceites perfumados. Val la pena probarlo.
Un abrazo desde MG.
PD: Estoy de acuerdo no te agradecere la visita.
Wow...debo decirte que este es un escrito hermoso: es tierno, sensual, excitante y profundo...La forma en que llevas de la mano al lector a apreciar 1ro en un segundo orden y de repente sentirse parte de, es impresionante.
¡Gracias por tu visita!
Cariños y volveré
lo que acabo de leer me parece fantástico y también le di una mirada a otras entradas tuyas.
pasaré más seguido.
un beso y saludos!!
Un relato encantador.
Te felicito.
me pareció fantástico lo que puede leer en tu blog, pasaré más seguido.
un beso y saludos!!
bye
Es que cada vez que entro en tu cuarto lo hago en forma silenciosa para luego sorprenderte, aunque se que me escuchas...
Mi piel tiene el perfume que le dan tus manos, la fuerza de tus brazos sostienen mis ganas de estar cada dia mas cerca tuyo...
No serví un vaso para vos ya que juntos beberiamos de esa copa que pasaria no solamnete por nuestros labios...
Camine despacio como una gacela que espera a su presa para hacerla suya eternamente y abri esos grifos para que supieras que ese momento, el que tanto habiamos esperado estaba a punto de nacer...
De pronto Cronos se detuvo en sexto piso para hacer que juntos nos elevaramos a lugares nunca imaginados, nunca hallados. Y todo paso. La piel de nuestros cuerpos se estiro hasta hacerse mas que elastica y ahi fuimos amorfos, en ese momento nada importo, ni la lluvia, ni el frio, ni el calor del fuego que prendi en el hogar antes de verte acostado en la cama...
El agua no dejo de correr por el piso de cristal, el agua no dejo de llenar la bañera en donde, despues del vuelo, bajariamos a seguir calmando nuestra sed...
Me gusta...
Besos.-
Hermoso lo suyo andy...
Gracias por hacerme vivir una escena que doblemente no he vivido: no me afeito ni me afeitan, y nunca he afeitado a un hombre.
Besos sin espuma
hola lindo blog, muchas gracias por visitarme y tengo malas noticias para ti, aquella casa que tanto te gusta solo fue un proyecto, no se si se construyo.. pero muchas gracias por elogiar mis imagenes... un saludo para ti
mariajose81
Así es que me metí, como observadora en primera persona de la mano de tus palabras, en cada segundo de la historia.
Te dejo mis saludos Andy.
Me gusto mucho el estilo que encontre en este post.
WooW fantastico =) pasare mas seguido
chao
Genial. Un afeitado perfecto.
queria contestar a tu pregunta:
empezaria por el botón de arriba.
Besos,amigo!
Por lo menos la oiste, hace tiempo que no escucho nada... compañero..
se cuida y un abrazo a la distancia compañero
Andy,
gracias por su comentario. Cuanta imagen, cuanta descripción, en el relato. Lindo.
Besos!
precioso sueño... un beso
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