‘¡Tuya es la tierra, y la victoria es tuya!’ (Olmedo).
Campando a sus anchas, la suerte del entuerto, va campando.
Maldita espada de Damocles, con su empuñadura maldita.
Repulgo cada uno de tus bordes. Escaldo el aire que te rodea. Disparo una escaramuza contra el ruido de grillos que me causa tu presencia. Y contra tus defensas bajas, disparo.
Soy consciente de que soy.
Sos inconsciente, porque así sos.
Es fácil escribir tu nombre, cuando tu nombre es lo que es.
Rimbombantes escudos golpeados, volteretas elevadas que encierran más que las litúrgicas frases de siempre: "buen día" "hola" "que descanses". Palabras rimbombantes.
Cuando decís "cariño" nadie te cree. Porque hay cualquier cosa, menos cariño. Hay pocos porqués, muchos cómos y tal vez haya un "cuándo".
Estás liderando el penúltimo viaje. Y yo quiero dejarte ir.... porque será tan importante para mí como para vos saber que hay más allá de donde alcanza el horizonte. Vos estás.
Mientras vos viajás al futuro, de algún modo yo viajo a encontrarte, desechando los prontos y dejandome la puerta abierta, mientras.
El humo que sale de tu boca cuando decís mi nombre se parece a las formas que te dibujan y raptan tu olor; como cuando fumás sin pensar en mí, el humo.
A veces soy el viento que resquebraja las hojas de tu ventana, la que protege las plantas que te permitís tener, a veces.
¿Por qué es tan difícil tomar conciencia de mis propios actos? ¿Por qué?
No me ves, no. No podés encontrarme bajo las hojas marrones y laberínticas que uso para inventarme un otroño permanente, porque no me ves.
Y sin embargo te veo. Lucho contra los elementos desatados y detestados, desbocados y abocados. Encuentro tus manos crsipadas y frías, y tus labios secos, y tus ojos húmedos, y...
Lejos te veo, me calzo las botas de andar lejos.
Raquíticas conciencias, pasos polvorientos y grumosos. Un escalpelo de palabras rasga el blister que esconde tus deseos. Armado con mi verbo ataco a tu sustantiva mente, proponiendo insanos objetos directos y osadas preposiciones. Mis palabras delgadas, hambrientas, famélicas, raquíticas.
Sólo busco con un pronombre personal: vos. Y un adverbio de modo: pacientemente.
Solo.
Epanadiplosis: Figura que consiste en repetir al final de una cláusula o frase el mismo vocablo con que empieza.
1 murmullo(s):
Encuentro este escrito como el mejor de todos los encuentros.
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