4.- LOS DADOS DE DIOS.

lunes, enero 28

 





A ella, que sabe que siempre es para ella.

A veces, aunque no lo creas, Dios juega a los dados. Tiene unos dados raros, el cabrón. Unos dados que sólo él sabe interpretar. Así que nunca sabés si ganaste o no.


Aunque da igual.


La casa siempre gana.


Hace unos días, ella apostó. Y aunque no cree en ningún dios, tal vez salvo en su propio dios.


Como no me está dado saber cual fue el resultado, sólo me atrevo a reflexionar en base a sus expectativas.


Ella cree que Dios, o quienquiera que sea, es un pésimo croupier. Y yo estoy de acuerdo con ella.


Pero siempre uno puede recuperarse.


Ella sabe jugar.


Se pone su sweater verde de cuello alto y se levanta cada mañana a buscar un tapete.


A mí me encantaría acompañarla, pero ella tiene otro compañero de juego, y a veces la distancia se toma represalias.


Otras veces, como todos, ella no tiene ni putas ganas de jugar. Y ese día no habrá mesa. Aunque le pidas por favor que se siente mientras se baraja.


Los dados de Dios están cargados.


El Geómetra implacable siempre saca lo que quiere.


Ella discute las apuestas.


Sabe jugar fuerte. Y aunque tenga malas chances, ella llega hasta el final, apurando sus fichas, incluso por alguno que se cree el único pero ni siquiera es uno de ellos.


Ella quiere obtener un montón de cosas cuando juega. Cosas que sólo pueden comprarse con las fichas del casino de Dios.


Una sonrisa, una caricia de madrugada, una sopa de gambas, un hijo, la ansiada paz.


Y quiere morder al mundo, arrancarle a jirones lo que desea.


Porque alguna vez se subió a las faldas del dolor para darle una paliza, y devolverle lo que el maldito dolor le ha quitado.


Ella no cree que cada hombre que pasa sin detenerse es una historia de amor que no se concretará nunca.


Ella descree de las palabras de amor, porque elige los hechos de amor.


Ella le hace el amor a su silencio. Y yo quiero hacerle el amor a ella, saliendo de esta atmósfera rígida e insolvente. Enseñarle partes de su cuerpo que ya ha olvidado, y conseguir que vibre de una buena vez, para que yo vibre a la par.


Ella juega con los cascados dados de Dios.


Ella mantiene su esperanza intacta guardada en un cajón con telarañas.


Se toma un helado con el deseo, y se come hasta el barquillo.


A mí me encantaría mirarla dormir y sonreir como nunca.


Ella juega a los dados, con los dados agrietados de lo que ellos llaman Dios.


Y no sabe.


No sabe que hizo su mejor apuesta.


Ella apostó por mí.


Es una apuesta a futuro.


Tal vez sea una apuesta que nunca se cobre.


Pero yo, a pesar de todo, quiero que gane.

15 murmullo(s):

Anónimo dijo...

Y dí! quien es ella?

Anabella dijo...

Ud si que sabe que escribir y como llegar a las fibras de cada uno. Es que un escritor tiene el magico poder de llevar, con los lazos infinitos que usan las marionetas, a cada ser a una atmosfera diferentes, hecha , quizas, a la medida de su dolor o alegria.
Dados de Dios, tan imperfectos y traviesos. Destino de Un Dios que siempre juega con la ruleta de la vida aun sin haber hecho la mejor apuesta, aun sin haber jugado nunca.
Casinos de recuerdos, recuerdos de palabras, palabras bien jugadas, jugadas no planeadas, planeadas las miradas, miradas que se cruzan, cruzan limites ilimitados, ilimitados los secretos del destino, destino que esta a la espera de la mejor jugada, quizas aquella que nunca la historia se hubiese imaginado....

Como Siempre,deliro, como siempre cruzo rutas y espero semaforos. Como siempre juego a los dados de Dios pero esta vez no usare el color verde sino uno violeta para transmutarme mas alla de un tapete y un recuerdo.

Atte,
desde mi ventana hacia la suya...

adictaacruzarenrojo dijo...

Ella juega y los dos ganan...
Unos dados que enganchan...o quizá sea yo, que siempre fui ludópata...

Besos rojos que saltan charcos con peces con memoria...

Dana dijo...

Muy bello, Andy, como siempre...
Ojalá ella gane, para que él gane y ambos disfruten el premio: el amor.
Que estés bien...

Zoe dijo...

Lo dejé hace poquito en mi blog:

Juegas a los dados con la vida,
te arriesgas siempre vistiendo de sonrisa
los faroles de tus repetidas derrotas.

Y ahí perseveras incansable
repitiéndote que no siempre perderás.
Seguimos infatigables cada partida,
cada revés del destino,
cada jugada con final par en este mundo impar.

Algún día la suerte jugará de tu lado,
y ese día estaremos ahí
para compartir el premio de tu felicidad.



Lanza de nuevo los dados
que yo haré mil trampas por ti.

---

Parece que los dados rondasen nuestras cabezas.

Saludos, al azar ;)
M.

Celeste dijo...

Sin duda, es Ella.

Aún si perdiera nunca se enteraría, está convencida de que siempre gana.

Me gusta!

Es un gusto venir. Nos leeremos.

Beso celeste.

Anónimo dijo...

la vida juega... ella juega mucho mejor que todos...no te parece?

Carmen dijo...

Yo una vez jugué con Dios a las cartas, y como no creo en ÉL, luego hice un relato contando que me mandó al infierno, y allí era justo donde me apetecía ir en ese momento.

Freaka dijo...

Ella que a veces se burla de mi por incluirla en mi irrealidad... un saludo... gracias por visitar

CRISTINA dijo...

Muy, muy bueno, el post.

Saludos.

Anónimo dijo...

ya no me extraña nada...
suerte!

La gata que no esta triste y azul dijo...

Un escrito con muchas lectura que tengo que volver a degustar inmediatamente.

Andre dijo...

tendrá acaso sus dados cargados?? pa mi que si...

salu

Sol dijo...

Yo siempre he sabido que dios juega a los dados con mi vida.
Saludos.

huellas compartidas dijo...

A veces se gana, a veces se pierde... ojalá que esta vez puedan ganar los dos...
Muy lindo post!
Saludos