A ELLA (I)

jueves, marzo 6

 






La chica pensó que podría tomar un avión sin más para ir a verlo.



Encendió un cigarrillo con un mechero verde y se aprestó a dormir.



Se tocó el vientre. Daría cualquier cosa por verlo crecer como una luna, por varias lunas.



Y la idea del avión se hizo menos difusa, más sólida. Pero luego, en una ataque de responsabilidad por el pasado, supo que debía acabar lo que había empezado.



No le temía al futuro, no. Le temía a este presente continuo, devastador, pedregoso.



Empapeló mentalmente el cuarto de flores violetas. Y mancilló mentalmente otra vez la nueva decoración con un vómito escarlata que olía a cocido rancio y seco.



Alivió el excremento del Lucky Strike en un cenicero de bronce. Se dio cuenta de que llevaba un buen rato en silencio. Finalmente, estranguló una colilla marrón y se escaqueó para ir al baño a lavarse los dientes.



Se sentó en el váter y volvió a azulejarlo en su mente. Esta vez con el color de sus ojos. Con el color de los ojos de él, que tal vez escriba estas palabras.



Un papel recordaba compras pendientes sobre la mesa del comedor. Sin saber a ciencia cierta los motivos, visualizó ese papel y pensó en qué pasaría si lo dejase estar. Si dejara todo eso pendiente, sin hacer, irresoluto hasta que el folio se amarilleara, los trazos garrapateados con boli verde se borraran y finalmente el papel se degradase en pequeñas escarchas de celulosa.



Sin moverse del lugar, abrió los ojos de repente, una miríada de luciérnagas naranjas, como la camiseta que llevaba y nada más. Y tras las luciérnagas, pudo ver un océano plateado, unas islas volcánicas, y mas agua verde de la que podía imaginarse.



Se levantó, casi aterida. Descalza de toda ilusión, desnuda de toda fantasía. Entonces decidió buscarse una para que la ayude a dormir. Encendió otra vez el mechero, esta vez para incendiar una hierba. Aspiró profundamente y pensó en un sueño tranquilo, sin pesadillas y en un pecho masculino que nunca había tocado.



En el mismo instante, en otro lugar, el dueño de ese pecho pensaba en los pechos de ella, para esconderse de su espanto. Y construir un castillo de besos y mordiscos.



Al acabar, apagó su cigarrillo de hacer dormir en las turbias aguas estancadas bajo sus muslos… y escuchó el chasquido de la lumbre al morir de un fallo multiorgánico de combustión premeditado.



Se levantó y sus rodillas crujieron. Su cuerpo le hablaba de a ratos. Caminó casi sin apoyar la planta de los pies, como si en vez de hollar el suelo helado, se tratase de arena hirviente, casi lávica.



Cruzó una puerta. Aún quedaban resquicios del sahumerio de la tarde. Se llenó el alma de ese aroma que podía llevarla otra vez a través del mar.



Encendió la luz, y pese a que sabía lo que vería, no pudo evitar sobresaltarse.



Ahogó un leve grito.



Había un intruso en la cama.



Un desconocido, que no querría irse. Y una idea ensordecedora le gritaba en la cabeza, y se iba dibujando en el interior de su hueso parietal.



Tal vez, haya llegado el momento de dar vuelta el colchón y convertir las penas en retazos de felicidad. Tal vez haya llegado el momento de darle la vuelta a la vida. Pero para eso -ella lo sabía, y sonrió tristemente mientras lo pensaba-, necesitaba algo grande.



Muy grande y pesado.



Hacía falta un avión que pueda cruzar un océano plateado.

6 murmullo(s):

Dana dijo...

HERMOSO...
Incre�ble...
Lo le� dos veces, y se me puso la piel de gallina, mire...
"dar vueltas el colch�n", eso me encant�. Pensar en estrujarle a la vida el resto de cartas que quiera mostrar, que quiera regalar...
Dar un respiro.
Sentirse vivo, por fin, de una buena maldita vez...

Me encant� tu texto. Todos querr�amos un avi�n, para ir a un lugar particular, claro, quiz�s un lugar que podamos sentir "nuestro"...( �se acuerda de "dondesemecante"?)
Un beso, que est�s muy bien...

Anabella dijo...

Que será para ella necesitar algo grande?, un vuelo podra cambiar su destino? o el cobijarse en uno ojos que revestira su ser con la mirada al esperarla?...
Retazos de felicidad? no es mejor algo que nunca haya tenido marcas para que éste sea solido?.Las recortaduras, amigo, si no estan fuertemente cosidas pueden llegar a no remendar la herida, esa que tanto dolor causo haciendo que sus sueños quedaran truncos y que sus fantasias y ansias de emprender vuelo quedaran secas de ilusión y vida...
Construir para luego abandonar o Construir para nunca dejar que nadie penetre en ese castillo de muros indestructibles?. Los besos dan placer, ganas de mas y los mordiscos, en este caso, no causarían dolor?

Cunatas interpretaciones....sensaciones...cuanto de vos ( o no ) hay en estas letras que murmullan tan descuidamente que engañan...

Besos desde mi Alocada Fusion, Doc....

Oskar dijo...

que buen texto... vuela vuela la imaginacion... te invito a la segunda temporada de mi blog. http://cuentosficticios.blogspot.com/

TERE DE ARCADIA dijo...

aveces daria todo por tener ese avion. me dejaste sin habla.
saludos.

Malena dijo...

Hola!

Te debía un comentario desde hace mucho tiempo (siento haber tardado tanto) y un agradecimiento porque tu me hayas dejado el tuyo :).

Me ha gustado lo que has escrito, y la idea de "dar la vuelta al colchón", muy curiosa.

Volveré más por aquí, si no te importa :P.

Un saludo.

Male.

Adriana Lara dijo...

Me dirijo a la segunda parte. Te leo, te recorro, busco conocerte. Has despertado mi curiosidad. Ya vuelvo.