A ELLA (III)

martes, marzo 25

 







Amanece.



¿Por qué conservo esa fascinación primal por la llegada del sol, es algo que no podré explicar.




Así como tampoco sé por qué se me hace un esguince en el corazón cuando te vas.



¿Por qué maldita, extraña razón, vuelve el miedo cuando me decís adiós? Un terror abismal, prosódico, marginal, licencioso, un miedo pánico a que no regreses.






Cuenta la leyenda que por haber robado el fuego, a Prometeo cada noche lo visita un águila que le come el hígado; el cual le vuelve a crecer cada amanecer.



Mi águila nocturna, hija también del Tifón, va más a fondo. Cuando te vas se come mi corazón, el cual solo vuelve a crecer cuando llega el día, y vos volvés.

Y me despierto con hambre de vos, con ganas de comerte las entrañas tibias de magnolias y margaritas, espléndidos matices del ocaso. Comerte como el águila lo hace cada noche conmigo, y que te quedes en mí, moteada de lunares y sudor, expatriada de toda otra cosa que no sea yo.






Y me levanto porque tu voz me lo ordena, y sonrío cada mañana porque tus ojos me lo recuerdan, maldita soledad acompañada.



Y cada vez que digo tu nombre, vuelvo a sonreir, porque tu nombre es a mi felicidad como la pimienta al estornudo; causa y efecto.






Y a veces siento que puedo alcanzarte con sólo estirar el brazo. Y otras veces me invade el terror porque creo que nunca podré llegar a tocarte.



Entonces me acosa la furia, una cólera implacable que hace odiar el carcer de la capacidad de bilocación, o al menos de la pura y simple locación instantánea, que me haga poder ir ahora mismo, sin demoras a tu casa, derribar tu puerta sin miramientos; y sin importar las consecuencias, ni las angustias, besarte al fin en medio de tu salón con la tele encendida, mientras echan CSI.



Y más tarde subirte a mi ilusión super sport y llevarte a dar una vuelta por la ciudad iluminada de oro y gualda. Abrirte la puerta de los sueños, e impedir la llegada de toda clase de desconsuelo.




Morderte los pies bajo la lluvia y besar tus labios azules de frío. Asesinar a la melancolía mientras cruzamos una avenida con los semáforos en rojo, y dejar ir al sinsabor por la alcantarilla

Amanece. Tengo frío.

Y sos lo único que puede abrigarme de este abatimiento.

6 murmullo(s):

Adriana Lara dijo...

Qué miedo da, qué miedo.
Prometeo era inmortal. Podía sufrir tranquilo, y saborear su dolor sabiendo que amanecería circularmente.
Nosotros no.
Sabemos que si el dolor es demasiado intenso, moriremos. O enloqueceremos, que es una muerte peor.
A Prometeo lo rescató Hércules.
A nosotros no nos rescatará ningún héroe.
Tu heroína es el amor.
Mi heroína soy simplemente yo, y soy mortal, falible y tristemente indigna de los héroes

Anónimo dijo...

Tu post me hizo recordar el Mito de Sísifo…
Sísifo, tan eternamente absurdo y tan inmensamente feliz

Alguien, muchos, podrían decir que tanto Prometeo como Sísifo
no hacen más que sufrir
y que su sufrimiento es la hipérbole de lo terrible
porque es inagotable y eterno.

La piedra siempre vuelve a caer y el hígado siempre vuelve a crecer…

Sin embargo, los que dicen esto, como los que leen La Red de Papel, sólo están mirando la superficie.

Camus supo encontrarle otro sentido. Y él sí sabía leer entre líneas.

Y si tu corazón vuelve a crecer cuando ella regresa, vale la pena que el águila nocturna te lo devore. Aunque la teleología de tu hambre sea la desesperación eterna de no tener la certeza de que ella volverá, es preferible a la saciedad conocida que puede depararte una certeza tranquilizadora.

Nochestrellada dijo...

Hermoso relato...
me gustó la imagen de pies mordidos bajo la lluvia y labios azules de frío..
adoro el frío...

ahora, no sé si estoy de acuerdo con asesinar a la melancolía...
anesteciarla...de vez en cuando...me parece mejor...

un beso

Anabella dijo...

Es la verdad hermoso...desde el I al III ...
Palabras que juegan con imagenes y éstas que se aglomeran con la musica de cada cuadro que vas pintando...

Desde Aqui, para Alla la melodia de aquella Obra que endulza los oidos de un Hola "mf" embriagado de tus deseos mas profundos con el pp de un Adios que nunca se llegara a oir...quizas porque éste nunca existira.

Besos

Anabella dijo...

Es la verdad hermoso...desde el I al III ...
Palabras que juegan con imagenes y éstas que se aglomeran con la musica de cada cuadro que vas pintando...

Desde Aqui, para Alla la melodia de aquella Obra que endulza los oidos de un Hola "mf" embriagado de tus deseos mas profundos con el pp de un Adios que nunca se llegara a oir...quizas porque éste nunca existira.

Besos

Anónimo dijo...

...Ya sé que estoy piantao, piantao, piantao...
Yo miro a Buenos Aires del nido de un gorrión;
y a vos te vi tan triste... ¡Vení! ¡Volá! ¡Sentí!...
el loco berretín que tengo para vos:

¡Loco! ¡Loco! ¡Loco!
Cuando anochezca en tu porteña soledad,
por la ribera de tu sábana vendré
con un poema y un trombón
a desvelarte el corazón...

extraño mis delirios...