Lucila tiene pestañas de fuego.
A veces cierra los ojos y es como si un cometa se te metiera en el pecho y te mordiese los malos recuerdos. Y cuando los abre, los destroza. Cada noche perdida en un lugar desconocido e inhóspito, cada palabra hiriente, cada sensación de soledad, cada momento de desasosiego desaparecen cuando ella abre sus ojos enormes y deshilachados por el dolor, que poco a poco van trenzándose de nuevo.
Lucila no es mía; tal vez no pertenece a nadie; o quizás se esconde en una rendija hecha de otitis, de loción para la pediculosis, de incansables intentos por tener una vida corriente. Pero ella sabe que no es corriente. Porque Lucila es capaz de ponerle esquinas a mi corazón para que tenga referencias en este camino de ceguera.
Lucila raspa el hollín de mi pensamiento para que pueda sentir, me enseña con esas palabras de maestra incansable las luces para que no me choque conmigo mismo. Me invita a destrozar los faroles de la maldita tristeza, y salimos por Avenida de Mayo a hacerle sentir a la gente que es infeliz; o al menos relativamente infeliz.
Lucila convierte una cueva en un refugio; y la calle en un meteorito helado. Me escuece el pecho para curarlo con besos de lilas y dedos de crema del cielo.
Pero hay una razón por la que Lucila me hace sentir vivo cada mañana, aunque la rutina pese y deje de ser lo cotidiano.
Lucila está.
Siempre está.
Acumula penumbras y sueños; adolece de serotoninas y misterios.
Lucila es estrellas y duendes, idas y retornos. Enseña unas palabras nuevas para voces inauditas. Es efervescente y posesiva; desprendida y tranquila. A Lucila le gusta tejer sueños y destejer mentiras ajenas, para anclarlas en una isla de alturas. Lucila te mira y te desmenuza el dolor, y te pone un poco de sol bajo la nuez.
Y pide poco. Sólo una hornalla encendida en el frío de la mañana y un horizonte ancho donde quepamos todos los indispensables. Lucila tiene las manos frías y las botas llenas de polvo por el camino recorrido.
Lucila abusa de los silencios tanto como yo abuso de las palabras. Y ama a las palabras tanto como yo sería capaz de amar a los silencios, si pudiera construírlos, y no violarlos sistemáticamente. Lucila a veces está en soledad y es feliz; y otras transpira para hervir a los demonios.
La piel de Lucila es una bella planicie de tibia arena, con el mar a lo lejos, detras de su cuello; y un cielo azul con una nube en forma de pan.
Lucila es inasible y deliciosamente abrazable. Lucila es una bella incógnita.
Lucila tiene pestañas de fuego.
Y mi tiempo se mide por sus parpadeos.
A veces cierra los ojos y es como si un cometa se te metiera en el pecho y te mordiese los malos recuerdos. Y cuando los abre, los destroza. Cada noche perdida en un lugar desconocido e inhóspito, cada palabra hiriente, cada sensación de soledad, cada momento de desasosiego desaparecen cuando ella abre sus ojos enormes y deshilachados por el dolor, que poco a poco van trenzándose de nuevo.
Lucila no es mía; tal vez no pertenece a nadie; o quizás se esconde en una rendija hecha de otitis, de loción para la pediculosis, de incansables intentos por tener una vida corriente. Pero ella sabe que no es corriente. Porque Lucila es capaz de ponerle esquinas a mi corazón para que tenga referencias en este camino de ceguera.
Lucila raspa el hollín de mi pensamiento para que pueda sentir, me enseña con esas palabras de maestra incansable las luces para que no me choque conmigo mismo. Me invita a destrozar los faroles de la maldita tristeza, y salimos por Avenida de Mayo a hacerle sentir a la gente que es infeliz; o al menos relativamente infeliz.
Lucila convierte una cueva en un refugio; y la calle en un meteorito helado. Me escuece el pecho para curarlo con besos de lilas y dedos de crema del cielo.
Pero hay una razón por la que Lucila me hace sentir vivo cada mañana, aunque la rutina pese y deje de ser lo cotidiano.
Lucila está.
Siempre está.
Acumula penumbras y sueños; adolece de serotoninas y misterios.
Lucila es estrellas y duendes, idas y retornos. Enseña unas palabras nuevas para voces inauditas. Es efervescente y posesiva; desprendida y tranquila. A Lucila le gusta tejer sueños y destejer mentiras ajenas, para anclarlas en una isla de alturas. Lucila te mira y te desmenuza el dolor, y te pone un poco de sol bajo la nuez.
Y pide poco. Sólo una hornalla encendida en el frío de la mañana y un horizonte ancho donde quepamos todos los indispensables. Lucila tiene las manos frías y las botas llenas de polvo por el camino recorrido.
Lucila abusa de los silencios tanto como yo abuso de las palabras. Y ama a las palabras tanto como yo sería capaz de amar a los silencios, si pudiera construírlos, y no violarlos sistemáticamente. Lucila a veces está en soledad y es feliz; y otras transpira para hervir a los demonios.
La piel de Lucila es una bella planicie de tibia arena, con el mar a lo lejos, detras de su cuello; y un cielo azul con una nube en forma de pan.
Lucila es inasible y deliciosamente abrazable. Lucila es una bella incógnita.
Lucila tiene pestañas de fuego.
Y mi tiempo se mide por sus parpadeos.
38 murmullo(s):
ohhhh!
lucila me mató, genial.
felicitaciones
oh!
lucila me encantó, en serio.
genial
falicitaciones
aunque inasible, tengo unas ganas enormes de abrazar a Lucila y sentir su caricia y su alma de estrella
un texto maravilloso y emocionante...
un abrazo
Acrónimo para un poeta y Lucila
Lejos estás de mi.
Un poco de tu voz,
Coger mis manos,
Ir despacio en el camino,
Lucila de esta tierra.
Así sería el sueño que me invade.
Un abrazo de azpeitia
Devuelvo la visita, y me encuentro (para mi placer) con hermosas palabras... (voy a volver a pasar)
Te felicito.
Besos
La curiosidad me trajo hasta acá.
Quien fuera Lucila!
Excelente relato, no soy aficionada a los post largos y este es realmente lindo.
Ay, Lucila, Lucila.
Qué te hizo Lucila, my friend?
Muy lindo!
BACI, STEKI.
Me ha sorprendido la calidéz, el rítmo ameno, continúo. La forma. Muy agradable, para leer varias veces. Para disfrutar.
gracias...
Gracias, estimado!
De todas maneras, yo leí por arriba varios de sus post (no me rete) y entero este que le ha traído 7 comentarios. Me encantó. ¿Es un sueño o existe? en fin... curiosidades de un tipo al que le cuesta abstraerse. Seguiré leyéndolo.
que hermosura de blog, ese tema me transporto hasta la nube de Lucila.
Gracias por pasar por mi blog,
Saludos!
No puedo leer bien el texto, las letras azules sobre el fondo verde se me dificulta la lectura, no sé si solo lo veo yo así. Besos.
Parpadeos que te conmueven desde tus adentros ........de poeta en contacto con tus sentimientos.........
Me encantó
Quiero ser Lucila a ver si causo algo asi en alguien jaja
Muy lindo en serio
Un beso
Andrés:
Como siempre, un placer leerte, realmente es increíble. Ahora sobre el post, que bueno conocer a Lucila, ni siquiera, en verdad, que increíble que exista una Lucila en algún lugar, eso deja la esperanza de encontrarla y así lograr salvarnos de alguna manera. Es que no hay mejor cosa en la vida que sentir la vida al explotar un sentimiento en el pecho. Mas aún si una Lucila marca el tiempo de tus parpadeos, el ritmo de tus pasos que solo pueden llevarte hasta ella para que seas.
Te dejo un abrazo grande.
HologramaBlanco
"...es capaz de ponerle esquinas a mi corazón para que tenga referencias en este camino de ceguera." Esa frase me mató. ¡Qué ocurrente y bella!
Y gracias por "The Great Gig in the Sky".
que ternura encierra este texto; que ganas de ser Lucila sólo para recibir de regalo en palabras todo ese amor...
Un abrazo,
Hola.... muy linda me parece Lucila. Yo he pasado a saludar, y a leerte un rato.
Saludos.
Vere
muy bonito!
un bso y gracias por la visita
Muchas gracias por tu grata visita, ha sido un placer conocer tu blog.
Estaremos en contacto.
Recibe un cordial saludo de esta que te escribe.
Lucila, es una mujer fuego, de esas que encienden esquinas y alumbran ciudades, mientras un corazón se deshace de amor.
Lo mejor.
Maya
Que maravilla volver a visitarte y encontrarme con este texto y qué afortunada Lucila de recibir todo ese sentimiento dibujado con palabras...
Un beso.
que lindo lucila...
gracias por pasarte, lo leí hasta el fin, respiras lucila ...saludos desde las cenizas
MUCHAS GRACIAS POR TU GRATA VISITA,
TIENES LAS PUERTAS ABIERTAS PARA VISITAR TU-MI CASA CUANDO GUSTES.
RECIBE UN CÁLIDO SALUDO DE ESTA QUE TE ESCRIBE.
Es maravilloso saber que siempre alguien esta llegando...para medir nuestros pasos, para escuchar cada calma,para saciar las penumbras del alma,para saberse mas vivo,para nunca, jamás, olvidar que siempre existirá una Mary Poppins que pondrá "ese algo" al camino que se transita.
Paso como a saludarte como a todos mis amigos todas las semanas.
Te dejo mis huellas como recuerdo en el tiempo.
Un saludo.
Bueno, hoy paso para decir que Lucila me gusta; pero no sé bien si me gusta ella en sí o tu forma de describirla. Es intensa la descripción general y tan dulce a la vez, tan llena de "día a día"; me ha recordado a mi Lucila personal, la que llena también de silencios todas mis palabras, incluso abusando...
¡qué puedo decir! me encanta pasar por aquí, me gusta tu arte.
Un beso
Lucila, te ha quedado maravillosamente bien este post. Tratado muy dulce, haciendo sentirse con ganas de ser ella.
Recibe un saludo.
Hola Andres!!
Te dejo mis huellas gatunas como recuerdo en el tiempo.
Un abrazo y hasta cuando tu puedas.
Que delicia poder ser Lucila para alguien especial...
Un saludo
Lucila es una canción a partir de ahora.
Precioso.
Ante todo celebro haber encontrado tu blog, que ya enlazo al mío con tu permiso, pero no puedo ni un sólo día más perderme uno de tus textos.
La descripción de Lucila es angelical y terriblemente urbana, he quedado fascinada.
Y en tu otro blog, el de los libros, bueno, qué decir... fui abducida directamente, necesito mas días para seguir leyendo los comentarios de tus lecturas.
Gracias por haberme dado la punta de esta maravilla visitando mi blog.
Saludos.
Como buen "pato" volví a leer Los tres patitos, dos cosas: morí al encontrar entre los cassetes viejos de Gerónimo a Los pasteles verdes, aluciné con ese detalle entre otros, y dejo este comentario aquí porque no sé si lo vas a ver allá abajo y es necesario que sepas que leerte provoca adicción.
Por hoy me retiro.
Besos y gracias.
que no desaparezca jamás Lucila.
Que siempre esté alli, donde quiera que tú estes.
un abrazo
Hermosa !!
Me hizo sentir orgullosa de llevar mi propio nombre :)
Un beso ^__^
me encantó!!
me encanta! Yo me llamo así
Me encanto. Lucila es mi nombre y eso lo hizo doblemente encantador.
Podrías haber escrito Lucía, por lo menos.
Lu
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